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domingo, 23 de mayo de 2010

LABORES DEL CULTIVO




Amarre:
El primero se hace cuando las plantas tienen 15 ó 20 cms de altura que puede coincidir con la
colocación de la estaca.
Se hace flojo y en el ángulo formado entre las hojas y el tallo. Generalmente se requieren 3 a 4
amarres por cosecha.


Desyerbas:
Generalmente se requieren tres, dependiendo de la abundancia y tipo de malezas; una a las tres
semanas del transplante, la segunda a los tres meses cuando los frutos comiencen a cuajar y otra
durante la producción.
Para el control químico, los productos ensayados por el ICA que podrían ser una buena alternativa,
son Dacthal 75, Amibe 40, Tillan 72 y Treflán.
Aporques:
Para mejorar el anclaje de la planta y estimular la formación de raíces se aproxima tierra al tallo
generalmente 2 veces durante el crecimiento; una a las tres semanas del transplante, con la
desyerba; la segunda según se necesite.
Podas:
Las podas se realizan para aumentar el tamaño del fruto, aunque disminuye el total producido;
aumentar la aireación en las plantas aunque también las posibilidades de golpe de sol, y facilitar las
otras labores. Sin embargo esta labor aumenta los costos y por lo tanto las necesidades se deben
evaluar para cada caso. Las podas consisten en eliminar semanalmente los chupones dejando unos 4
á 6 por mata y eliminar las hojas enfermas. Este material debe retirarse del campo inmediatamente.
Generalmente se requiere de 8-9 deschuponadas por cosecha.


Riego:
Es importante una disponibilidad suficiente de agua para la germinación y/o para la recuperación de las plántulas en el transplante. Un crecimiento temprano rápido es esencial para una buena
producción, por lo tanto, en ésta época es esencial una irrigación óptima. Las necesidades de agua
en las plantas aumentan a medida que crecen pero el suministro de agua se debe eliminar durante la recolección.
Los riegos se deben hacer en la mañana para que la planta se seque antes de la noche. Es importante que no se presenten fluctuaciones fuertes en los riegos, pues esto resulta en rajaduras de los frutos.
Los períodos críticos en cuanto a las necesidades de agua son:
- Antes y después del transplante para asegurar que las plantas peguen.
- Tres o cuatro días después.
- Crecimiento, floración y fructificación (Déficit de agua después del período de máxima floración
resulta en "culillos" o fruto con pudrición apical).
La frecuencia dependerá de la época:
- En invierno; no regar.
- En verano intenso: 2 - 3 veces / semana.
- En verano moderado: 1 vez / semana.
Los requisitos hídricos del tomate son del orden de 630 mm de agua por cosecha.
Deben descartarse para el riego las aguas con posible contenido de sales.
Algunas consideraciones para el manejo de problemas fitosanitarios
EL apropiado manejo de un cultivo, integrando todos los aspectos de su mantenimiento es la clave para el buen estado fitosanitario de éste. Todas las labores en el cultivo deben estar dirigidas a disminuir la incidencia de los agentes causales eliminando las condiciones que favorecen su desarrollo y a aumentar la tolerancia de las plantas al ataque de plagas y enfermedades.
Las condiciones para lograr esto, comienzan desde la planificación y el establecimiento del cultivo:
- Utilizan variedades resistentes a los problemas más comunes en la zona, y las más apropiadas para la región.
- Utilizan las densidades y los sistemas de siembra apropiados para las condiciones ecológicas de la zona (Ej. es posible utilizar densidades mayores en climas secos que en zonas húmedas).
- Establecer la mejor localización para el cultivo, evitando los lotes que puedan acarrear problemas dentro de la finca (Ej. evitar lotes de posible encharcamiento).
- Utilizan materiales de propagación certificado o procedente de cultivos sanos y con el debido
tratamiento (Ej. tratar la semilla sexual con productos tales como Captam, Thiram, Arasan).
- Realizar la desinfección apropiada de la tierra que se utilice en germinadores, semilleros y/o
almácigos.
Esta tierra debe ser preparada con una mezcla apropiada que permita un buen drenaje, germinación
de la semilla y crecimiento de plántulas.
- Una buena preparación del terreno es importante no sólo para tener el suelo suelto y con buen
drenaje, sino porque al airear el terreno se logran controlar algunos patógenos o plagas.
Durante el desarrollo del cultivo son múltiples los cuidados que deben tenerse para mantenerlo en buen estado.
- Un cultivo con deficiencias nutricionales es altamente vulnerable al ataque de patógenos. La
buena fertilización de la plantación es por lo tanto básica para que los problemas de plagas y
enfermedades no lleguen a niveles económicos críticos. Además, son frecuentes las pudriciones y
otras enfermedades que resultan como consecuencia de deficiencias de algunos elementos, es decir como ataques secundarios o decaimientos de origen nutricional (el. en muchas hortalizas La
Alternaria se presenta menos en cultivos con buena fertilización potásica y deficiencias de calcio
inciden en pudriciones de las frutas).
- El buen control de malezas tiene doble beneficio; no solo disminuye la acción competitiva de
estas sobre el cultivo sino que reduce la humedad relativa y las plagas y enfermedades que estas
puedan hospedar. Pero en algunos casos no solamente es necesario eliminar los posibles hospederos de una plaga dentro del cultivo, sino también en los alrededores.

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