
Jenkins considera que la forma primitiva de L. esculentum es la variedad botánica cerasiforme ( "tomate cereza") originaria de la región de Perú-Ecuador, desde donde se difundió a toda la América tropical en épocas precolombinas.
La gran diversidad varietal encontrada en la zona mejicana de Veracruz-Puebla llevó a Jenkins a
considerar a México como el centro de origen del tomate cultivado de fruto grande.
El término "tomate" fue utilizado desde 1695 por los viajeros botánicos, quienes lo tomaron de la palabra "xitomate" o "xitotomate" con las que los Aztecas designaban a esta planta
Según Anderlini, en un comienzo el tomate se utilizó exclusivamente como planta ornamental, y no constituía un alimento normal de los indios americanos.
El descubrimiento de su notable riqueza vitamínica, junto con su agradable gusto y color, popularizó rápidamente su consumo, hasta que llegó a ocupar el tercer lugar de importancia mundial entre las hortalizas (después de la papa y la batata).
El tomate se consume "fresco" como ingrediente preferido de las ensaladas; en forma de jugo;
deshidratado, para sopas; en conservas al natural; "pasta salada"; "extracto"; tamizado y condimentado (ketchup); frutos verdes en vinagre (pickles) y mermeladas.